UNCHARTED: Campo de Hielo Norte - Cordón Aysén
#2: Empapados
Published at 01:21
- Name: El palomar
- Elevation: 300 m
- Latitude: 46° 59’ 37” South
- Longitude: 73° 12’ 1” West
El 23 fue un día intenso... comprar toda la comida en la mañana, viajar a Puerto Bertrand en la tarde y embolsar la comida en raciones diarias durante la noche. ©Natalia Martinez
Un nuevo ángel guardián nos salió al paso. Jonathan Leidich, uno de los terratenientes del valle del Soler, y que con su “Camioncito” nos fue a buscar junto con nuestras cargas para ir al muelle de Puerto Bertrand. ©Natalia Martinez
Cargando el bote, primero con el pasto para los animales y luego seguirían nuestras cargas. ©Natalia Martinez
Entre risas y anécdotas vamos remontando el lago Bertrand junto a Jonathan (izquierda) y Don Ramón Sierra (derecha), baqueano que lleva décadas viviendo en el valle del Soler. ©Camilo Rada
Al calor de la estufa conversando de nombres, lugares e historias con Jonathat, don Ramon y Don Luis Soto, otro lugareño. Poco a poco mejorando nuestro mapa e incorporando el conocimiento de los locales. ©Natalia Martinez
Una pareja de carpinteros (aquí la hembra) observan nuestra marcha valle adentro, rumbo al rancho de El Palomar. ©Camilo Rada
Una pareja de carpinteros (aquí el macho) observan nuestra marcha valle adentro, rumbo al rancho de El Palomar. ©Camilo Rada
¡Hora del almuerzo! Junto al fuego hacemos una pausa para comer y compartir unos mates. ©Camilo Rada
Natalia disfrutando un mate junto al fuego mientras nos divertíamos con las anécdotas de Jonathan. ©Camilo Rada
Camilo vadeando el río Claro, luchado contra un frío que parece penetrar hasta la médula misma de los huesos. ©Natalia Martinez
Los 26 kilómetros de marcha se pasaban rápidamente mientras disfrutábamos la belleza del sendero, lleno de hermosos rincones como estas cascadas que se arrastran por paredes de granito. ©Camilo Rada
Tras 26 km de marcha, finalmente llegamos al rancho del Palomar, una rústica construcción que con un fuego, un mate y buena conversa se transforma en el lugar más acogedor del mundo. ©Camilo Rada
Una noche estrellada en El Palomar, no parecía presagiar el diluvio del siguiente día. ©Camilo Rada
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