Trabajando en el glaciar en la mantención de las torres de GPS
El monomotor de Icefield Discovery... que pronto nos llevará al corazón del campo de hielo.
Largos días y ocasos sin fin llenan de colores los cielos del Yukón.
El llamado de las montañas...
Uno de nuestros objetos de estudio... un lago embalsado por el gigantesco Kashkawulsh glacier
La simple belleza de la flora alpina
Las entrañas del glaciar
Entre el monocromo de rocas y hielos se levantan diminutas islas de vida y color.
Desde nuestro campamento durante el terreno con la University of British Columbia, podíamos ver a la distancia la omnipresente cumbre del Mount Logan.
Un Oso?? noo, la pequeña huella de una ardilla de tierra.
Tan inverosimil como pueda parecer, frágiles mariposas prosperan en el duro clima de los campos de hielo del Yukon.
Y detrás de flores e insectos van las aves...
Tranquila!!! jaja Las ardillas de tierra alertan a sus congéneres de nuestra presencia. Increíbles animales, hibernan 8 meses al año y son los únicos cuya temperatura corporal en tal estado pasa bajo los cero grados... igual las odiamos cuando se comen nu
Los Ptarmigans, jaspeados en verano y de blanco inmaculado en invierno son los maestros del camuflaje.
Fireweed o hierba del fuego es la flor típica del Yukón.
Un mundo de contrastes, sol y trinos de pájaros un día y tormentas de nieve al siguiente.
Verdes hierbas, pichones y mariposas... explosión de vida primaveral.
El rey de las montañas... los Dal Sheep
Micromundo
Glaciological pole dance
Los majestuosos ríos de hielo del Kluane National Park
En el helicoptero rumbo al glaciar!!!
Nuestra ruta
Preparando el equipaje, revisando que no falte nada para ya pronto partir.
Una hermosa primera vista del Monte Logan, la montaña más alta de Canadá con sus 5956 metros.
El glaciar que tantos dolores de cabeza nos dió.
Rumbeando hacia el objetivo.
12 km de excelentes vistas y algunas grietas en el camino.
Por fin arriba del Helio Currier que nos lleva a las lejanas tierras heladas del Malaspina.
El glacias Kashkawulsh que domina la entrada del Parque Nacional Kluane.
El cordón San Elias desde el monomotor. Y la primera vista de nuestro objetivo... el Monte Malaspina.
Con nuestro gran piloto Tom.
Excelente aterrizaje en las faldas del cordón San Elias.
Y se va Tom a tierras más firmes. Gracias!!!
Todo el camino hasta nuestro Campamento Base fue un deleite de hermosos paisajes.
La primer vista desde tierra de nuestro Objetivo, el Monte Malaspina.
Un gran telón de fondo: El Monte Logan.
Nuestro Campamento Base con una vista del Monte Logan a la izquierda con una de sus más complejas rutas, el Humminbird ridge.
Nuestro Campamento Base y a nuestra derecha el Monte Malaspina en el fondo, a la izquierda el Monte Baird.
El glaciar que debíamos explorar nos da algunas advertencias!
A festejar se ha dicho, encontramos la pasada! Ahora pensar en el camino hacia la cumbre!
Alejados de los peligros y en una zona de observación se encuentra nuestro Campamento Base.
Una de las primeras salidas de exploración del glaciar. Las figuras eran impresionantes.
Por más que le buscábamos la pasada el glaciar se empeñaba en cortarnos el paso con mega gigantescas grietas difíciles de sortear.
Ahora por otro lado y nuevamente la avenida es bloqueada por un abismo.
La pared no paraba de descargar.
La pared norte del Malaspina resplandeciente de poder.
No deja de sorprender las hermosas esculturas que nos deleitaban nuestro transitar.
La temible pero única pasada que encontramos. Un cinturón de caídas de seracs, rocas y nieve.
Por que tantas grietas!!!!!
Nuestra primer visita a la carpa, una mosca!
Un nuevo día comienza a traves de las grietas del glaciar.
Contemplando la pared, tratando de entenderla...
Primer depósito y futuro Campamento Alto.
A pasar rapidito por esos lugares que se cae TODO!
Un nuevo día, con un hermoso amanecer iluminando con sus cálidos rayos todo a su alrededor.
Y desde allí fuimos contemplando el desenlace de la tormenta.
En el Campamento Alto, pasando el mal tiempo con unos matecitos.
Un tiempo poco prometedor pero igual a la espera de mejores condiciones en el Campamento Alto.
La pared norte cargadisima de nieve, sus rugidos llegaron hasta nuestro Campamento Alto con el spray de una avalancha y grandes pedazos de hielo golpeándola.
Por eso "soldado que huye sirve para otra guerra", rapidito tomamos nuestras cosas, el campamento alto se volvió deposito y nosotros nos fuimos a la seguridad de nuestro Campamento Base.
Pintada de blanca esta la pared del Malaspina.
Arrancando con el fresco de la noche.
Las paredes del glaciar en la obscuridad parecían enormes gigantes de hielo.
Sorteamos el glaciar, pasamos el que fue nuestro Campamento Alto, ahora a escalar en simultaneo y rapidito la banda de seracs que cuelga a nuestra izquierda.
Vamos avanzando!!!!
En una de las canaletas de al lado se desprende una avalancha.
Cerca del final de la banda de seracs que nos pone bastante nerviosos.
Por fin! Un escalón más, hemos llegado a lo que sería el col que une al Malaspina con el Monte Baird.
Ahora una pala de unos 350 metros, sostenida, pero hay que seguir.
Hacemos un alto en el camino, el cansancio se empieza a sentir, tenemos que hidratar un poco.
Esta pala es interminable!, llevamos ya seis o siete reuniones y todavía no llegamos a la cornisa.
Un hermoso atardecer nos regala sus colores y nos da fuerzas para seguir.
Amanece en nuestro iglú improvisado. La noche nos tomó exhaustos por lo que después de 26 horas sin parar decidimos descansar algunas horas bajo este techo de bloques blancos.
Creemos que nuestras caras lo dicen todo. No hay mucho que decir: fusilados!
El día se presenta óptimo para hacer nuestro último avance.
El filo que une el Monte Bering con el Malaspina donde una expedición polaca - alaskense intentó allá por el 1976.
Ya vemos el Océano Pacífico!
El imponente Malaspina, el glaciar de piedemonte más grande del mundo.
CUMBREEEEEEEEEE!!!!!!!!!
Cansados pero felices, ahí estamos, acariciando con nuestros pasos la cumbre del Malaspina.
La vista del glaciar Malaspina era verdaderamente imponente!
Es la hora del regreso, la mitad del camino ya se ha hecho, ahora falta la otra mitad, llegar hasta el Campamento Base.
Nuestro primer rapel de quince! Usando los elementos que nos proporciona la naturaleza, una roca como hombre muerto. Aún un largo camino, esto recién empieza.
Bajando el primer rapel, aún quedan varias horas de luz.
Un ejemplo de nuestros rapeles. El clásico avalakov y su respáldo correspondiente.
Las sombras heladas comienzan a apoderarse de nuestro trayecto.
Cae la noche y con ella una nevizca fría y molesta.
Pequeñas avalanchitas de polvo (spindrift) no paraban de caer y dificultaban el armado de los rapeles.
Hemos llegado al depósito!!!!!! Se puede observar en que condiciones!
Cada pequeña parada era una buena excusa para sumirse en un ligero sueño.
A lo lejos el ansiado castillo de tela, falta poco...
Y un nuevo amanecer nos saluda, después de 55 horas de marcha y solo 4 de sueño.
Llegamos!!!! Ahora a descansar!
Pero primero a festejar con una picadita y a hidratar.
Nosotros en el abrigo y seguridad de nuestro Campamento Base, esperando que descargue y ansiosos de partir a la medianoche hacia el objetivo.
De regreso a las entrañas del glaciar. Aún queda equipo por recuperar.
Así nos saluda el nuevo día, un poco más repuestos y con un intenso amanecer, lleno de luz y frescura.
Nuevamente la pared se viste de blanco y nos saluda desafiante, pero ya hemos hecho las pases. Tomamos nuestras cosas y nos vamos!
El día es propicio para secar el equipo y hacer un poco de orden.
Un nuevo visitante nos viene a ver. Muchos de ellos son arrastrados por los fuertes vientos y terminan extraviados en el medio del hielo, sin entender mucho.
Otra vez los 12 km para que nos vengan a buscar.
Pudimos deleitarnos nuevamente con las montañas del cordón y sus diferentes formas.
Que lindo es dormir bajo las estrellas, la vía láctea en todo su esplendor.
La Osa Mayor brilla en el cielo, que gran regalo!
El fragmentado y laberintico glaciar a los pies del Malaspina.
Esperando con todo ordenadito a nuestro piloto Tom.
Ahí viene!!! Habían nubes y luz plana, por lo que no estábamos seguros de que fueran a buscarnos en esas condiciones, pero Icefield Discovery se preocupó por que volviéramos a disfrutar de las comodidades de sus instalaciones.
Estamos volando!!! Ahora a disfrutar del paseo aéreo.
Adiós Monte Malaspina, fuiste un desafío maravilloso. Aprendimos muchisimo de esta experiencia y crecimos como cordada.
Se comienzan a divisar los primeros colores!
Kluane a la vista!!! Ducha y comida fresca nos esperan!
El lago Kluane con los sedimentos que trae el río de los glaciares.
Gracias Seba! Que bonita sorpresa! Una torta y un champagne esperando para celebrar el regreso! Muchas Gracias!!!!